El pequeño Nicolás (Laurent Tirard, 2010)
Nicolás lleva una pacífica existencia. Tiene unos padres que le quieren, una pandilla de amigos fantásticos con los que jugar, y ninguna gana de que eso cambie. Pero un día Nicolás escucha una conversación entre sus padres que le lleva a creer que su madre espera un bebé. Le entra el pánico y espera lo peor: ¡un hermano pequeño! Los padres de Nicolás ya no tendrán tiempo para él. Quizá incluso le abandonen en el bosque como al pequeño Pulgarcito. Para escapar de ese desastroso destino, Nicolás se embarca en una campaña a gran escala para hacerse indispensable para sus padres. Pero de tanto esforzarse, solo consigue acumular error tras error y provocar su enfado. Desesperado, decide cambiar de táctica. Después de todo, el estaba primero, no tiene porque irse. Es el bebé el que debería desaparecer.
Esta historia está basada en la serie de libros infantiles El pequeño Nicolás de René Goscinny y Jean-Jacques Sempé, que es algo así como nuestro Manolito Gafotas, pero en francés.
Una comedia francesa que, a pesar de algunos puntos graciosos en determinados momentos de la historia, se aleja mucho del éxito cosechado por otras películas francesas durante los últimos años como "los Niños del Coro" (Christophe Barratier, 2004) o "Bienvenidos al Norte" (Dany Boon, 2008), a cuyo protagonista Kad Merad podremos ver en esta película interpretando al padre de la criatura. Y es que la historia de Nicolás tiene un argumento que ya hemos visto muchas veces en el cine (el hijo pequeño se entera de que va a tener un hermanito y hace todo lo posible por seguir siendo el favorito de la casa), y que es más propio de películas de humor puro que de comedias familiares.
La historia es lenta y algo aburrida la mayor parte del tiempo. Es la típica comedia francesa que no termina de hacer gracia y se convierte por lo tanto en un tostón. Los únicos momentos que merecen la pena son los que protagonizan la pandilla de amigos de Nicolás, intentando ayudar a su compañero mediante alocados e inocentes planes que siempre se ven truncados por culpa de los mayores.Yo personalmente me sigo quedando con nuestro Manolito Gafotas, que también es un poco mala pero por lo menos tiene humor español.
Paco
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